Vi al amor venir
con pasos al trasluz.
Impávida esperé
a la orilla de las ansias
Hace tanto te esperaba,
acicalada en rosas
que de la piel me brota
el humo de sus aromas.
Vi que me arrollarías
me quedé perpleja
con las manos llenas de jadeantes suspiros
Abusé de los signos
lamiendo los tinteros
para escribir sobre
el satén de tu cuerpo

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